La estimulación directa del clítoris con las manos puede ser perjudicial si se realiza de forma incorrecta:
1. Las uñas pueden arañar fácilmente las zonas vulnerables, e incluso si no lo hacen, la suciedad oculta debajo de las uñas puede causar fácilmente infecciones genitales.
2. La estimulación del punto G con los dedos proporciona principalmente placer visual y auditivo. Su verdadero placer proviene de un orgasmo de punto G provocado por el pene, y los fluidos y el calor de su eyaculación también intensificarán tu placer.
3. La sobreestimulación del clítoris puede reducir su sensibilidad, lo que dificulta cada vez más alcanzar el orgasmo clitoriano.
¿Cuál es el enfoque correcto? Aquí tienes algunas experiencias como referencia:
Durante los preliminares, evita la estimulación directa del clítoris. En cambio, haz que sienta el deseo sutilmente. Intenta deslizar tus dedos por los lados de sus labios menores. Si se excita rápidamente, deja de estimular sus genitales y pasa a otras zonas.
Durante la estimulación de la vulva, no introduzcas los dedos en la vagina, ya que esto disminuirá la necesidad de la vagina del pene. Simplemente frota suavemente la periferia exterior, como si acariciaras con los dedos, tocando la zona con delicadeza.
La inserción puede comenzar una vez que la vagina se sienta húmeda. No espere a que la lubricación vaginal sea abundante, ya que una mayor humedad reduce la fricción y minimiza la estimulación del punto G.
La profundidad de la penetración varía de persona a persona; solo con la práctica se puede dominar. Una vez dentro, no te apresures a penetrar. La clave está en lo siguiente: sin penetrar, deja que tu pene se mueva libremente dentro de la vagina. A ella le resultará extraño y experimentará una sensación única. Se sentirá a gusto y te preguntará por qué tu pene se mueve solo. Esta es también una forma de intensificar la intimidad.
No tardes mucho en empezar a penetrar. Debes controlar bien la velocidad. Tanto al penetrar como al salir, la velocidad debe ser lenta, sobre todo al salir. Debes frotar despacio. La habilidad reside en tu control y destreza. Tu pene debe estar siempre erecto. Al principio, usar este método te cansará mucho, pero te acostumbrarás con la práctica regular.
No dejes las manos ociosas. Usa una para sostener tu cuerpo y la otra para acariciar suavemente la parte erógena de su clítoris. Toca el clítoris de vez en cuando. Cada cuerpo es diferente. Si te dice cómo se siente, debes hacerle caso. Puedes ir rápido o despacio, según prefieras. Generalmente, si una mujer china toma la iniciativa de preguntarte, significa que necesita dejar de lado su orgullo. Si no habla, debes comprender sus necesidades fisiológicas en tu día a día.
Pero recuerda que el ángulo de inclinación del pene es muy importante. Los dedos pueden facilitar que una mujer alcance el orgasmo del punto G, ya que pueden flexionarse y endurecerse. Si logras mantener el pene apuntando hacia arriba, también aumentarás su dureza y firmeza.
Solo tienes que esperar unos segundos a que responda con excitación y gima sin control. Si dominas la técnica, no habrá mujer en el mundo que no pueda gemir. Al final, los gemidos a menudo te asustarán. Si estás en casa, lo primero que pensarás será si tus padres o los vecinos te están oyendo.
A continuación, tu pene estará encantado. Ya no necesitarás mantener la erección; usa tu método más cómodo y excítala al máximo. Su lubricación caliente también hará que tu pene se sienta increíblemente excitado. Después de unos diez segundos, se calmará porque su vagina estará completamente lubricada, y podrás hacer lo que quieras con ella.
Un minuto después de que se calme, aumenta la estimulación de su clítoris, asegurándote de mantenerla constante. En treinta segundos, volverá a preocuparte si la ventana está bien cerrada. Esto completa el proceso, llevándola al orgasmo tanto por el clítoris como por la vagina. Se calmará de nuevo en unos diez segundos, y puedes repetir el mismo método después de otro minuto. Sin embargo, un consejo: los orgasmos repetidos suelen ser demasiado intensos para la mayoría de las mujeres, así que es mejor practicarlos con moderación.
Debes dominar el ritmo de la eyaculación; alcanzar el orgasmo juntos es lo más importante. Una mayor duración no necesariamente proporciona placer.
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