Chismear a espaldas de los demás siempre se ha considerado una conducta irrespetuosa que viola la moral tradicional. Sin embargo, según estudios, la participación adecuada en el chisme puede fortalecer las conexiones interpersonales. Investigadores de biología humana de la Universidad Estatal de Nueva York realizaron una encuesta de seguimiento a largo plazo con isleños del Pacífico, estudiantes estadounidenses de secundaria, residentes de Terranova y México. Los resultados mostraron que entre un quinto y dos tercios de las personas hablaban de los demás a diario. En este sentido, los investigadores afirmaron que el chisme es común en la vida social. El chisme puede ayudar a las personas a comprender cómo confiar en los demás y el grado de confianza.

En la vida, los chismes están por todas partes. Cuando los amigos se reúnen, alguien ausente inevitablemente se convierte en tema de conversación; cuando los colegas comen juntos, quienes no están presentes también son incriminados; y cuando los vecinos se reúnen, a menudo chismean sobre otros. De hecho, mientras chismear no sea un pasatiempo, ni se trate de crear problemas deliberadamente, divulgar la privacidad de otros o inventar rumores, es natural hablar de los demás a sus espaldas. Además, el chisme apropiado puede mejorar las relaciones interpersonales.
En primer lugar, chismear puede servir como referencia para nuestro comportamiento en sociedad. Desde una perspectiva fisiológica y psicológica, los humanos somos animales evaluadores, que constantemente evaluamos a las personas y las cosas en la vida. Por ejemplo, un nuevo vecino se mudó al otro lado de la calle y rara vez hablan, pero aun así se preguntan por qué siempre está en casa en mitad de la noche. Estas evaluaciones suelen ser malentendidos. Una vez que chismean con otro vecino y descubren que el dueño de la casa es un policía que está ocupado hasta altas horas de la noche todos los días, se conmoverán aún más con los chismes del pasado, acortando así la distancia entre ustedes.
En segundo lugar, el chisme apropiado también puede acercar a quienes les gusta chismear. Todos tenemos una premisa: chismear sobre personas ausentes es una señal de confianza en quienes sí lo están. Especialmente para quienes desean unirse a un nuevo grupo, el chisme suele ser el pegamento que les ayuda a construir confianza interpersonal. Por ejemplo, al comenzar a trabajar, chismear sobre personas ausentes les hará sentir que se integran en un círculo determinado, que establecen una relación de confianza mutua con algunos colegas y que ya forman parte de una red interpersonal segura.


